Mi otoño




Siempre me acaba pasando lo mismo. Siempre. Presumo de un rápido aprendizaje; quizá en cosas banales así sea. Humm... me gusta esa piedra, topemos con ella. Una, dos, tres veces. Me angustié el otro día al desvelarme. An-gus-tiar. 

Ojalá hubiera... ojalá no hubiera... "el hubiera no existe". Vaya cruda realidad la que se topa en mi camino. Anteriormente hubo un cambio de guión y todo volvió a su sitio. Quizá porque realmente era su sitio. Quizá este no es el suyo. 

No sé cuántas veces me he equivocado a lo largo de este último año, quizá el peor después de 2009. No sé qué es lo que me tapa los ojos en ocasiones; quizá realmente sí era pura sugestión precisamente venidera de ese fatídico año (fatídico pero finalmente, productivo). Me entran hasta ganas de llorar. Ya lo he hecho, de hecho. "En 2013..." Ni una cosa ni la otra. En qué día me metieron en la cabeza esas absurdas ideas que me desmoralizaron en su momento y me han condicionado, lamentablemente, a tomar una serie de decisiones horriblemente planteadas pero, espero, con solución y/o aprendizaje muy, muy provechoso. Mira que pensé, mira que le dije a mi nena: "¿no crees que me está condicionando todo eso?" Y mis veintimierda de años salieron a relucir en todo su esplendor, pensando en comerse el mundo, como me pasa en ocasiones, cuando entro en modo "semeondulaelpeloconlahumedad" y me la suda todo y me creo más fuerte de lo que realmente soy.

Si supieras... si supieras que no todo es calma dentro de mí... sólo necesitaba irme a Honolulú una temporada [cortita, no te creas]. Calorcito sin asfixia, relax, batidos de chocolate y de frutas tropicales tipo lima y mango, que me encantan. Y un tío abanicándome. Pero que sea un tío, que tendrá más fuerza y aguantará más tiempo. No tenía aparentemente prisa. Aparentemente. 

El caso es que cuando te vas a Honolulú tú sola resulta que te aburres a los tres días. El tío que te abanica ya se ha quedado sin brazos. Los batidos están calientes, las frutas se pudren, el calor asfixia y el relax se convierte en estrés. Y es entonces cuando quiero más a mi otoño. 

Quiero a mis árboles de muchos colores. Un día amarillo, otro verde, otro rojo... Otro día, directamente sin hojas. Al fin y al cabo son mis árboles. O lo eran. 

Sales de la estación, giras a la derecha, luego a la izquierda (cuidado al cruzar), andas un poco y entras en una pradera enorme. Al atravesarla, encuentras un bosque. Es pequeño, pero es precioso y, además, es especial, por muchos motivos, porque algo siempre se queda en el aire y ese aire era especial. Más adelante hay más pradera, es inmensa; aunque no tanto como era mi felicidad.


"Esperar que la vida te trate bien porque eres buena persona es como esperar que un tigre no te muerda porque seas vegetariano" (Bruce Lee)

3 comentarios:

  1. https://www.youtube.com/watch?v=t6FeRVhLeR4

    PD: ya sabes cómo va, una risilla y dedicatoria desde dip in mai jart... En serio... sin ti nada sería igual, vamos a ponerle bien de verde a Agosto :*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Kenliiiii! Gracias por ser el que siempre está ahí. Millones de ganas de otra semana en verano cazando moscas contigo. ¡Es lo que más me ilusiona ahora! Muááá

      Eliminar
    2. Cazaré la mosca más grande que hayas visto, la adiestraremos y a volaaaaaaar!

      Eliminar